
1. Hágase responsable por sus propios sentimientos y por comunicarlos correctamente. No espere a que los demás lean su mente, su lenguaje corporal o sus sutiles insinuaciones. No hable por otros, utilice “Yo” en las oraciones que hablen sobre sus sentimientos. Absténgase de culpar a otros de cómo se siente. Diga: “Me siento enojado”, y no: “Me hiciste enojar”.
2. Comuníquese directamente con la o las personas involucradas en un asunto. No utilice intermediarios ni sirva de intermediario a otros. Si alguien le pide información sobre un asunto en el cual usted no está involucrado directamente, diríjalo a la fuente correcta.
3. No hable en forma crítica sobre otros a sus espaldas, a menos que usted exprese tales críticas personalmente. Para evitar especulaciones inútiles, dé nombres específicos cuando haga un comentario crítico en una reunión. Ocurre a menudo que tratar de no herir los sentimientos de alguien, a la larga, hiere mucho más.
4. Manifieste su postura o preocupación antes de preguntar a otros cómo se sienten respecto de ello. No engañe a alguien para llevarlo a dar una respuesta “equivocada”. Sea valiente y póngase usted en ese lugar primero.
5. Practique escuchar en forma activa. Escuche en silencio y con todo su ser hasta que la persona que está hablando haya terminado de hacerlo. Luego repita lo que la persona ha dicho y espere una confirmación antes de responder desde su perspectiva.
6. Proporcione un feedback constante. No permita que crezca el resentimiento, y no olvide dar respuestas o palabras positivas tanto como pueda.
7. Respete y valide los sentimientos de otras personas. Si usted no está de acuerdo o no apoya lo dicho por la otra persona, acuse recibo de lo manifestado, y luego dé su punto de vista. No proporcione un acuerdo tácito si usted no concuerda y exprese su desacuerdo respetuosa y amorosamente.
8. Use el humor tiernamente, no mordazmente. No use el humor para enmascarar sus verdaderos sentimientos o para aliviar la tensión cuando otros le expresen los propios.
9. Honre los pedidos de confidencialidad a menos que éstos involucren juicios críticos o destructivos sobre otras personas. En ese caso, anime a la persona que se confió a usted a que vaya directamente a la persona de quien él está hablando en forma negativa. Si se niega, entonces dígale que usted mismo le contará a esa persona y que tratará de llevar paz y reconciliación entre ellos. Si usted no desea estar involucrado hasta ese punto, entonces rehúse ser parte de dicha confidencia ilegítima.
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