miércoles, 12 de noviembre de 2008

Una reflexion de Hans Kung sobre el infierno: ¡Para pensar!


“Una ilimitada tortura psico-física de sus criaturas, tan despiadada y desesperante, tan insensible y cruel, ¿va a poder contemplarla por toda una eternidad un Dios de amor, y a una con los bienaventurados en el cielo? ¿Necesita realmente tal cosa el Dios infinito, por una ofensa finita (¡el pecado, sin embargo, en cuanto obra del hombre, es un acto finito!) para restablecer su “honor”, como sostienen sus defensores?¿Es Dios un acreedor tan sin entrañas?¿No es un Dios de misericordia?¿Cómo entonces los muertos van a estar excluidos de esa misericordia?¿Y un Dios de paz? ¿Cómo va a eternizar la discordia y la intransigencia? ¿Y el Dios de la gracia y del amor al enemigo?¿Cómo inclemente, va a tomar venganza de sus enemigos por toda una eternidad?¿Qué cabría pensar de un hombre que satisficiese su deseo de venganza con tal intransigencia y avidez?

¿Por qué uno en este caso tiene que atenerse a la letra de la Biblia y tomar por fuerza literalmente la imagen del “fuego eterno”? Oscuridad, llanto, rechinar de dientes, fuego: Toda una serie de duras imágenes para indicar la amenazante posibilidad de que el hombre malogre por entero el sentido de su vida…el “fuego” es imagen de la cólera de Dios, y “eterno”, en el uso del idioma hebreo, griego y hasta moderno, no siempre se toma en el sentido estricto (esto es “eterno”, “esto dura una eternidad”, esto no tiene fin, es indefinidamente largo). Al hablar del “castigo eterno” (Mt. 25:46) del juicio final, se carga el acento en que el castigo es definitivo, decisivo para toda la eternidad, pero no en que la pena durará eternamente. Como en el judaísmo, también en el Nuevo Testamento el tiempo de castigo por los pecados se ve de una manera unitaria: una veces se afirma un castigo eterno, otras se da por supuesta una aniquilación total (“ruina eterna”, 2 Tes. 1:9). También en la historia de la iglesia se ha defendido siempre, junto al dualismo tradicional, la posibilidad de una aniquilación (annihilatio) y de la reconciliación total (restitutio omnium, apocatástasis ton pánton).

Pero cualquiera que sea la interpretación de los textos de la Escritura en particular: En ningún caso cabe afirmar absolutamente la “eternidad” del castigo del infierno” (Küng Hans, ¿Vida Eterna? Ed. Cristiandad, Madrid, 1983, págs.226,227,236,237).

Ojo: Hans Küng no está negando el castigo de los pecadores impenitentes, sólo la eternidad del castigo en el sentido clásico.

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Datos personales

Hola soy luciano, vivo en la ciudad de General Alvear Mendoza y tengo 20 años de edad. Soy cristiano desde hace 2 años, me gusta leer la biblia y estudiarla, asisto a una iglesia evangelica, aunque no estoy de acuerdo con ellos en todos los puntos, a pesar de esto compartimos todos una fe en común, en Dios y en Cristo. Este blog esta hecho con la intencion de compartir con otros la esperanza cristiana y biblica sobre la vida eterna y el Reino de Dios, tambien es mi expectativa que mis hermanos en la fe sean bendecidos y puedan madurar como cristianos, ademas de estudiar y examinar con cuidado la sana doctrina y estudiar esos puntos en los cuales nos diferenciamos. La itencion es estudiar la bilbia y que todos puedan aprender de ella, sin sujetarnos a dogmas, sino examinar toda doctrina aceptando unicamente aquella que tenga una base solidamente biblica. Espero que todos los temas tratados sean de crecimientos tanto para mis hermanos en la fe,como para quienes no estan muy familiarizados con la fe cristiana. Que Dios nuestro creador le bendiga guiandole a toda verdad.

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